Tendemos a pensar que, para montar un buen cine en casa, es necesario tener un gran sótano o una amplia buhardilla pero esto no es del todo correcto. En Concerto hemos montado muy buenos equipos de Home Cinema de 7 o 9 canales, incluyendo Atmos, en un salón comedor bien decorado sin alterar en absoluto la estética. Bien es cierto que, lo ideal, siempre sería disponer de una sala específica para poder oscurecerla y distribuir los altavoces en las óptimas posiciones para así crear la máxima sensación surround posible.

Nuestra respuesta fue ¡Por supuesto! Pero siempre que la podamos acondicionar acústicamente primero.

Dicho y hecho, nos desplazamos a la casa de la familia y nos mostraron el dormitorio en cuestión. Tomamos medidas y buena nota de los materiales que allí habían, aparte de paredes lisas, un armario empotrado a un lateral y puerta/cristalera de salida a la terraza al otro con apenas un visillo fino, esto, junto al reducido espacio disponible, nos obligaba a ser muy rigurosos con las mediciones y a calcular al milímetro donde emplazaríamos cada dispositivo, tanto de audio como de vídeo.

El cliente nos dejó muy claro que quería un equipo de alta calidad, siempre que no se desperdiciara demasiado su rendimiento por culpa de la pequeña sala, así que, lo primero que hicimos, fué introducir una buena cantidad de paneles difusor/absorbentes en los únicos sitios posibles, las paredes frontal, trasera y el techo que junto a una buena y mullida alfombra en el suelo, deberían aumentar considerablemente el nivel de presión sonora admisible de la sala con un buen coeficiente de absorción de los materiales empleados. Por supuesto, también era imprescindible poder oscurecer la sala cambiando el visillo por una gruesa cortina negra y cambiar el color del armario a negro para crear la atmósfera más adecuada y que el proyector pueda lucirse al máximo.

En la faceta de la imagen, el cliente ya conocía el prestigio de los JVC y su insuperable gama cromática a la vez que un procesado y mapeo dinámico de muy alto nivel para obtener el mejor contraste de la imagen posible. El proyector elegido fué el JVC NZ7 con tecnología láser y compatible 4K 120Hz y 8K 60 Hz. 

JVC DLA-NZ7 JVC DLA-NZ7 2
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JVC DLA-NZ7

JVC DLA-NZ7
Proyector laser 8K
8.999 € 11.799 €

La pantalla, siendo una sala dedicada, siempre fija. En este caso, una Kauber de poco más de 90" que era la medida exacta que habíamos calculado para poder instalar el mayor tamaño posible y reservar el espacio a su izquierda y derecha para los altavoces frontales al tiempo que permitiría encuadrar bien la imagen del proyector quedando su óptica a poco más de 3 metros

Les podemos asegurar que nosotros fuimos los primeros sorprendidos cuando empezamos a evaluar el sonido, una vez realizados los necesarios ajustes. Con las cortinas y el mueble cambiado a negro, teníamos practicamente plena oscuridad en la sala de modo que el JVC brillaba en su máximo esplendor, más aún al concentrar sus pixeles en un tamaño de pantalla no demasiado grande pero, dado que los respaldos de los asientos no quedaban a más de 2,5 metros, resultaron las proporciones ideales para tener una sensación de gran pantalla, tanto como haber instalado una de 135" (+/+/- 3 metros) y sentarnos a 4 metros).

El sonido era contundente y preciso, no se descontrolaba nada, ni siquiera frecuencias por debajo de 40Hz gracias a la absorción que añadimos con los paneles acústicos, la cortina y la alfombra. La temida vibración de las puertas de cristal no se dió, incluso a pleno rendimiento de los subwoofers, gracias a que la cortina fué tratada con relleno acústico y era muy mullida.

En cuanto a los altavoces, necesitábamos una marca y una gama que ofreciera diferentes modelos, tanto de suelo para los principales como de pared e incluso empotrables de 8 pulgadas que coincidieran con el mismo tipo de tweeter utilizado. Así que nos fuimos al Dali Opticon MKII en formato 5.2.2, concretamente el Opticon 8 MKII frontal, el Opticon Vokal MKII central, el Opticon LCR MKII envolvente y el Phantom E-80 reforzado con un par de subwoofers Sub E-12F

Podemos asegurarte que fuimos los primeros en sorprendernos cuando empezamos a evaluar el sonido, una vez realizados los ajustes necesarios. Con las cortinas y los muebles cambiados a negro, teníamos una oscuridad prácticamente total en la habitación para que el JVC brillara en su máximo esplendor, más aún concentrando sus píxeles en un tamaño de pantalla que no era demasiado grande pero, dado que los respaldos de los asientos no estaban a más de 2,5 metros de distancia, se comprobó que las proporciones ideales daban sensación de una pantalla grande, además de haber instalado una de 135" (+ /+/- 3 metros) y sentarse a 4 metros).

El sonido era contundente y preciso, nada se salió de control , ni siquiera frecuencias inferiores a 40 Hz gracias a la absorción que incluimos en los paneles acústicos, la cortina y la alfombra. La temida vibración de las puertas de cristal no se produjo, incluso a pleno rendimiento de los subwoofers, gracias a que la cortina fue tratada con acolchado acústico y era muy suave.

El resultado final nos hizo sentir especialmente orgullosos, no es muy habitual instalar un equipo de tan buena calidad en unas dimensiones tan reducidas, pero el logro es haber conseguido un sonido tan poderoso y controlado junto a una imagen tan bien definida.

La moraleja de esta historia es que, si tienes un dormitorio, trastero o cualquier rincón de la casa con posibilidad de cerramiento y más de 10 metros cuadrados, puedes tener un gran cine en casa.

Producto añadido para comparación.

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