Una de las dudas más frecuentes al elegir un equipo de sonido es si son mejores unos altavoces activos o unas cajas pasivas.
La respuesta es que depende para qué los quieras. En resumen:
Si ya has hecho una gran inversión en dispositivos para tu equipo de música
Para utilizar servicios de streaming online o archivos digitales como fuente principal
Para tener los mínimos cables posibles
Para reducir el número de dispositivos de tu equipo de sonido
Para una instalación fácil si no te interesa probar distintos ajustes técnicos
Si quieres un altavoz portátil (con batería) o inalámbrico (transmisión sin cables, por ejemplo Bluetooth) - los altavoces pasivos no están disponibles con dichas características
Esa es la guía rápida de compra de altavoces. Pero si quieres conocer mejor cada tipo de altavoces, nos extendemos un poco más a continuación. Aquí te ofrecemos los pros y contras de los altavoces y otros datos importantes.
El altavoz pasivo o caja pasiva es el modelo clásico, y el más utilizado a lo largo de la historia de la Alta Fidelidad. Para funcionar necesita estar conectado por cable a un amplificador. Gracias a ello reciben una señal de sonido analógica previamente amplificada.
Suelen contar con, al menos, dos drivers distintos. El tweeter se encarga de reproducir los tonos agudos (altas frecuencias) y el woofer el rango medio y los graves. El filtro crossover que incluyen los altavoces pasivos se encarga de dividir la onda de sonido. Así envia a cada driver la parte de la onda que tiene que reproducir.
Ya que no son un dispositivo autónomo al necesitar un equipo de sonido al que conectarse para funcionar, ocupan más espacio que un altavoz autoamplificado.
Hay que conectarlas a un amplificador externo que pueda atacar los altavoces pasivos con la potencia que necesitan, o el sonido será demasiado tenue.
También necesitan la conexión por cable para funcionar, lo que puede dificultar la instalación e interferir más con la decoración.
El uso de cables puede ocasionar interferencias en la señal si no se adquiere un cableado de grado audiófilo.
Unas cajas pasivas pueden ser eternas, y esa es su gran ventaja frente al altavoz activo. Una pareja de altavoces pasivos puede reproducir durante décadas. Su secreto está en que se adaptan a las mejoras en los componentes del equipo Hi-Fi. Utilizar un mejor cable, o mejores amplificadores externos, hará que reproduzcan mejor.
Su precio en comparación también puede ser una ventaja, ya que unas cajas pasivas son más baratas que un modelo equivalente autoamplificado. Sin embargo, el altavoz pasivo necesita un amplificador para funcionar, lo que podría encarecer el resultado final si no cuentas ya con uno.
Pueden conseguir mejor sonido respecto a cajas activas del mismo tamaño, lo que unido a su precio más barato supone una mejor relación calidad/precio. Un altavoz pasivo solo incluye en su interior los drivers y el crossover. El activo incluye a mayores el amplificador, que ocupa espacio. Mayor espacio libre dentro de la carcasa suele ofrecer un sonido más amplio.
Aunque hay modelos, como DALI Rubicon LCR, que logran un sonido espectacular con una carcasa ultra-fina.
Además, los altavoces pasivos suelen ser la elección habitual para instalaciones de audio fijas en exteriores. Por ejemplo, en un jardín. Esto se debe a que al no contar con electrónica interna son menos susceptibles a averías, y existen modelos resistentes a la intemperie.
Ya que no son un dispositivo autónomo al necesitar un equipo de sonido al que conectarse para funcionar, ocupan más espacio que un altavoz autoamplificado.
Hay que conectarlas a un amplificador externo que pueda atacar los altavoces pasivos con la potencia que necesitan, o el sonido será demasiado tenue.
También necesitan la conexión por cable para funcionar, lo que puede dificultar la instalación e interferir más con la decoración.
El uso de cables puede ocasionar interferencias en la señal si no se adquiere un cableado de grado audiófilo.
El altavoz activo, o autoamplificado, incluye en su interior la electrónica necesaria para amplificar la señal de sonido. Esto lo convierte en un dispositivo autónomo, que puede funcionar por sí mismo al conectarlo a una fuente de sonido.
Su electrónica incluye, en la mayoría de casos, un conversor DAC para recibir directamente archivos en formato digital. También suelen estar equipados con receptores inalámbricos, como el Bluetooth, para facilitar la transmisión de audio sin cables. Y si quieres conectarlos por cable al ordenador, televisor, o cualquier dispositivo que emita audio, no hay problema. Prácticamente todos cuentan con entrada mini-jack para que puedas hacerlo sin problema.
Actualmente, su calidad de sonido es tan buena que son una opción habitual en el ámbito profesional, como estudios de grabación. Hay muchas opciones de monitores de estudio autoamplificados, listos para conectar a la mesa de mezclas y ofrecer todos los detalles.
En Concerto también contamos con una lista de los mejores altavoces activos y para qué utilizarlos.
Tienen una instalación muy sencilla, sobre todo para el uso inalámbrico. Basta con conectarlos a la corriente, o cargar su batería, y encenderlos.
Además, no será necesario invertir ni elegir el resto de electrónica, puesto que la mayoría de modelos funcionan de forma prácticamente autónoma. No necesitan más que conectarse a una fuente de sonido.
Al contar con amplificación interna, este tipo de altavoz cuenta con menos cables en comparación con el necesario para unas cajas pasivas. Eso supone menor inversión en cables, y menor posibilidad de interferencias por culpa del cableado.
Todas estas características, permiten diseñar modelos portátiles, con batería, que se pueden utilizar en cualquier parte aunque no haya toma de corriente.
No es posible mejorar su sonido cambiando cables o amplificación, sino que hay que cambiar el altavoz completo.
Al contar con gran parte de la electrónica integrada, no permite beneficiarse de ciertas tecnologías audiófilas, como la corrección de sala, si adquieres otro dispositivo que la incluya.
La electrónica interna resta espacio disponible en el interior de la carcasa. Esto puede suponer un sonido más cerrado respecto a cajas pasivas del mismo tamaño.
Son más caras que unas cajas pasivas equivalentes, aunque al comprar altavoces activos se evita tener que adquirir la electrónica de sonido.
Una vez has decidido si necesitas cajas pasiva o altavoces autoamplificados, presta atención a los siguientes detalles para elegir los que encajen contigo:
Tipo de altavoz - una pareja de altavoces son adecuadas para audio estéreo, pero también existen muchos otros modelos de altavoz. Subwoofers para graves, centrales para la voz cinematográfica, altavoces en altura… Elige un modelo hecho para el uso que quieras darle.
Dimensiones - Ten en cuenta no solo el tamaño del altavoz, sino el requiere para su instalación. Los conectores pueden sumarle centímetros de fondo. También hay modelos que necesitan una distancia mínima con la pared para lograr el mejor sonido. Todo viene indicado en sus especificaciones.
Necesidades de tu sala - La onda de sonido también alcanza cierto tamaño, y lo mejor es elegir unos altavoces adecuados para la talla de tu sala. Unas grandes torres en una sala pequeña generarán resonancias y alteraciones del sonido. Unos monitores diminutos en una sala enorme harán que el sonido se pierda. En Concerto podemos asesorarte a este respecto y con cualquier duda que tengas.
Accesorios - Muchos altavoces cuentan con accesorios de personalización opcionales. Desde fundas de transporte a rejillas de distintos colores o baterías. Si te gustaría cambiar de estilo a tu altavoz más adelante, pueden ser un añadido clave a la hora de decidirte.
En Concerto Audio somos una tienda de Altavoces con décadas de experiencia en el asesoramiento e instalación de equipos de sonido. Nuestra showroom se encuentra en Alicante pero realizamos envíos gratis* a Madrid, Barcelona, Valencia y toda España.
Si necesitas ayuda para comprar altavoces pasivos o activos, puedes ponerte en contacto con nosotros.
*Envíos gratis si cumplen las condiciones estipuladas.
